En termino generales, podemos designar a este macrosistema como técnonaturaleza.
La educación tecnológica seria de tipo polivalente: conocimiento de la técnonaturaleza y desarrollo de habilidades(ambas). Ello implica distinguir dos dimensiones en la Educación Tecnológica una humanística de tipo conceptual, cultural y formativa, y otra más bien práctica, de tipo instrumental.
En general cuando nos referimos a la dimensión humanística, pensamos en la trasmisión- con sentido crítico- de la cultura tecnológica que caracteriza a nuestra sociedad; se trata básicamente de una función formativa, que apunta a los alumnos que comprenda los aspecto esenciales del mundo tecnológico, y desarrolla esquema de pensamiento propio de la racionalidad de la tecnología.
En la dimensión práctica, en cambio se trata de lograr capacidades para la acción, con una función instrumental que implica desarrollar competencias para la toma de decisiones y la intervención en la vida social laboral y cotidiana. Para lograr estas capacidades, los alumnos deben manejar los métodos y conceptos necesarios para imaginar y organizar una respuesta a situaciones práctica de índole práctica.
La distinción entre conocimiento y acción práctica configura el doble rostro de la tecnología, pero esta distinción no debe implicar separación.
Carlos Marpegán, La educación tecnológica bajo la lupa. Revita novedades educativas N°128. pág. 34 a 37.
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